Lisboa, la capital de Portugal, a pesar se ser una ciudad grande conserva ese toque pintoresco y su calidez
Lisboa, A pesar se ser una ciudad grande y la capital de Portugal, conserva ese toque pintoresco y su calidez.
El centro histórico tiene siete colinas, algunas de las calles son tan empinadas que no permiten el paso de vehículos; la ciudad tiene tres funiculares y un elevador. Todo esta muy bien comunicado por metro y autobús.
Nosotros llegamos desde Aveiro a Lisboa en tren, los trenes son muy comodos y espaciosos, nos hospedamos en el hotel Holiday Inn Lisbon Hotel, elegimos este hotel porque nos parecio ideal calidad precio para viajar con niños ya que tiene piscina en la azotea, ideal para llegar despues de un recorrido por la cuidad y echar un salto al agua o simplemente disfrutar del atardecer y las vistas.
Una vez instalados nos fuimos al oceaneario en metro, solo llegar es como si estuvieras en otro lugar, es muy moderno, hay gente corriendo, jovenes jugando juegos de rol, un centro comercial muy grande y claro esta el oceneario. Nuestra peque estuvo fascinada conociendo y aprendiendo de los peces.
Al dia siguiente nos fuimos en bus a la zona monumental de Belém para conocer:
- El Claustro del Monasterio de Los Jerónimos
- La Torre de Bélem
- Monumento a los descubrimientos
- Comerse uno de los famosisimos (y deliciosos) pastelitos de Bélem.
El Monasterio de los Jerónimos es Patrimonio de la Humanidad. Al llegar habia una cola enoorme, lo bueno es que hay calandrias y la peque estuvo entretenida con los caballos mientras haciamos fila, pero vale mucho la pena la espera. Justo antes de la puerta de acceso, a la derecha esta la Catedral que es hermosa, 100% recomendado entrar a verla.
El Monumento a los descubrimientos nosotros lo vimos de fuera, pero es muy bonito de ver.
Saliendo nos fuimos a La Torre de Bélem, que es un símbolo de Portugal, probablemente el más conocido en el mundo, para entrar se tiene que hacer una cola enooorme si vas en Verano como nosotros, el espacio es pequeño y hay muchos turistas, pero desde sus terrazas la vista es maravillosa y poder sentarte un momento en una de sus mirillas y ver hacia el Tajo es precioso y relajante. Laia estaba fascinada viendo a unos pescadores que estaban entre las rocas y correteando mientras haciamos fila para subir al siguiente nivel.
Al salir de la Torre nuestra intención era comernos uno de los famosísimos pastelitos con su receta secreta en Casa Pastéis de Belém, pero habia tanta cola y estabamos tan cansados que al final no entramos =( es algo que tenemos pendiente aún. Probamos varios en varias panaderias pero seguro que ninguno tan bueno como este, tendremos que regresar a probarlos.
Al dia siguiente visitamos el Barrio alto, nos subimos al tranvia y al elevador de Santa Justa, fuimos a dar un paseo por las plazas y callecitas, y finalmente llegamos al Castillo de San Jorge. Vale muchisimo la pena verlo, te sientes transportado al pasado y además ofrece unas vistas impresionantes, hay muchos jardines y pavorreales. Nos encanto!
Finalmente fuimos a la playa del comercio a disfrutar de la tarde paseando por su calles, y relajarnos un rato.
Nuestras recomendaciones al viajar con niños por Lisboa:
Si vas a Torre de Bélem y tu bebe es pequeño es mejor llevar mochila portabebe porque hay muchas escaleras de caracol con pasillos estrechos. Por lo demás todos los lugares son accesibles con cochecito y adecuados para niños.
En nuestra opinión.
@cris. Lisboa es una ciudad muy pintoresca, su gente es muy amable. Me encanto y seguro que algún dia repetiremos! Hay muchos parques y muchas cosas que hacer.
@eric. Es una de las capitales más bonitas en las que he estado, el centro es encantador.
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